Por amor al arte, Lola Illamel se ha esmerado para ofrecernos Donde no me esperas, un puñado de relatos tejidos y destejidos con la inspiración de una paleta de color casi infinita. Las historias fluyen como un río tranquilo, pero no siempre es suave lo que se cuenta. La pintura (En abril), el cine y los sueños (De película) y la música (Obsesión) sirven de marco a un espejo que no siempre devuelve la imagen esperada.
Aunque no esté de moda, la autora se atreve a levantar la mano y plantarle cara a la posverdad. En Fosa abierta retrata, a …
Por amor al arte, Lola Illamel se ha esmerado para ofrecernos Donde no me esperas, un puñado de relatos tejidos y destejidos con la inspiración de una paleta de color casi infinita. Las historias fluyen como un río tranquilo, pero no siempre es suave lo que se cuenta. La pintura (En abril), el cine y los sueños (De película) y la música (Obsesión) sirven de marco a un espejo que no siempre devuelve la imagen esperada.
Aunque no esté de moda, la autora se atreve a levantar la mano y plantarle cara a la posverdad. En Fosa abierta retrata, a través de la magia negra, una dictadura demasiado reconocible, con un olor todavía presente en estos días. Eveilhín muestra los rastros de la utopía en un mundo en el que la magia blanca se enfrenta a la pobreza, el paro y el alcoholismo. Con La fábrica y el mundo se radiografía la angustia de los barrios obreros de Madrid en los años 80.
También sexo. Como la vida misma. En la frontera de la niñez, en el edén de la inocencia, con sus puntos de vista: Variaciones en el Paraíso. Con su emoción y sus trampas: París, Pont Neuf. Que no falte el humor. Con todos los matices. Por supuesto. Así podemos evitar los días de furia gracias a piezas como El paseo o Congreso internacional de endocrinología.
Las leyendas y los mitos adquieren per les insospechados por la hechicería de las palabras en Amor eterno y Donde no me esperas. Quién le hubiera dicho a Penélope que iba a acabar así.
ANTONIO M. FIGUERAS
Director de la colección
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