Mada, la isla de los placeres - un relato corto erótico
Alicia Luz
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Hay ciertos amores que no se olvidan y que el tiempo no puede desvanecer. La protagonista recuerda con emoción cuando se enamoró de Quentin durante su labor humanitaria en Madagascar, donde viajaron junto con otros voluntarios. Las dificultades, el dolor y la fatiga se desvanecían bajo sus besos y cariño. Fueron unos tiempos lejanos, de placeres sencillos, de intercambios, de deseos y de placer carnal compartido entre todos. Son unos recuerdos inolvidables, inconfesables, que la consumen y hacen que renazca en ella una llama que nunca se apagó y que nunca ha sido igualada.