«Estoy sentada en el balcón. Miro hacia el mar mientras escribo estas líneas. El manifiesto de una mujer, mi testamento. Una mujer libre. El sol se está ocultando y bebo un café con leche mientras que me pierdo en el horizonte. El aire es cálido y agradable. Una brisa fresca se anuncia. Bebo un sorbo de mi taza. Me acomodo. Una sonrisa satisfecha se dibuja en mi rostro, tan amplia como el mismo sol. Me saco los lentes y la leve brisa me roza. Cierro los ojos por un segundo. Me recuesto. Levanto la mirada. Y sigo aquí. Sigo aquí. …
Cuando Malin me pregunta si quiero unirme a su celebración del solsticio de verano en Dalarna, acepto de inmediato. Será una celebración idílica y tradicional: canciones, juegos y un magnífico mástil decorado con flores y hojas. Por último, recogeremos siete tipos de flores para meterlas debajo de nuestras almohadas. Cuenta la leyenda que esto te hará soñar con la persona con la que te casarás algún día. Pero Malin no sabe que estoy secretamente enamorada de ella. ¿Tendré la osadía de decírselo de una vez por todas? La verdad es que no nos conocemos tan bien. Ni siquiera sé si …
“Miré el reloj. Él regresaría a casa en cualquier momento. Subí por las escaleras para asomarme al cuarto de los niños y asegurarme de que estuvieran dormidos. Lo estaban, así que bajé y volví al dormitorio. Me senté en la cama, esperando. Los minutos se sintieron como horas. Era consciente de que en cualquier segundo escucharía las llaves abriendo la cerradura de la puerta principal. Los sonidos del hombre de la casa, el padre, el hombre que me pagaba, Loui Viggo, entrando a su propio hogar. A su castillo. Y me encontraría ahí. Desnuda. En su cama. Lista para seducirlo.” …
“Algo es seguro, Elo jamás la ha decepcionado y no será esta la primera vez. Al quedar frente a la emperatriz, que sigue con los muslos muy separados, él comienza a besarle la vagina suavemente. Es respetuoso y paciente. La emperatriz está impresionada, normalmente el primer hombre del día se abalanza sobre ella, impaciente después de las largas horas de espera, para colmarla con su seguridad, deseo y lascivia.” Existe un reino lejano en el que los roles son opuestos, y son las mujeres quienes, dueñas de su placer y su cuerpo, tienen un séquito de hombres dispuestos a satisfacer …