El gaucho Martín Fierro es una obra capital de la literatura argentina y de la llamada literatura gauchesca, subgénero que describe, ensalza y defiende el modo de vida de los gauchos argentinos. Escrita en verso, se articula en torno a la vida del gaucho
¿Abrazar la vida moderna o salvar su matrimonio? En la sociedad cambiante de principios del siglo XX no hay tiempo para dilemas sentimentales. De regreso a la casa de campo para pasar el fin de semana, William imagina el cálido recibimiento de su familia. Pero la realidad es muy diferente: sus hijos solo esperan con impaciencia sus regalos y su esposa ha instalado en la casa a sus nuevos amigos bohemios, con los que prefiere pasar el rato antes que con su marido. La presencia persistente de la “nueva” Isabel y los intrusos, cuyas risas y conversaciones llenan los rincones …
“Incluso después de llevar juntos tantos años, todavía es capaz de sorprenderme con sus habilidades. No sé cómo puede llegar a convertir una historia de amor en un video pornográfico y volver a enamorarme de nuevo. Es increíble cómo convirtió un momento romántico en un polvo salvaje con un solo toque.” ¿Quién dice que el matrimonio es sinónimo de monotonía? Después de años juntos, los protagonistas de este elegante relato erótico siguen disfrutando de un sexo sensual y salvaje. Esta vez, la pasión nacerá espontáneamente gracias a la dificultad que supone hacer un nudo de corbata y los múltiples usos …
«Nadine pudo oírlos desde la habitación de la planta de abajo. Le sorprendía la frecuencia con la que sus anfitriones tenían ese tipo de relaciones. Thomas y Julie eran una pareja inusualmente guapa, y Nadine envidiaba la vida que llevaban. No necesitaban absolutamente nada y estaban enamorados, muy enamorados. A juzgar por los sonidos que provenían del piso de arriba, el sexo les iba de maravilla». ----- La joven Nadine llega a Dinamarca para pasar un año con una familia de acogida formada por Julie y Thomas. El matrimonio disfruta del sexo sin rubor y Nadine no puede evitar excitarse …
«Me enderecé la falda gris ajustada y la camisa blanca y me dirigí al despacho con resolución. Al intentar abrir la puerta, alguien la abrió desde dentro y me encontré ante un hombre alto vestido de traje negro, quien, con un poco de suerte, se convertiría en mi futuro jefe. Desprendía un aroma a fragancia cara mezclado con un olor que solo podría describir como propio de un hombre. Además, el traje que llevaba dejaba entrever sus músculos: estaba muy cachas.» Una entrevista de trabajo pone los nervios a flor de piel a cualquiera y, entre dudas sobre qué decir …