En el monasterio de San Juan de la Peña, ubicado en un sobrecogedor paisaje del Pirineo Aragonés (España), un fraile espera la llegada de un cometa: el Halley (documentado en el año 1066). Fray Aimerico para preservarse de las alimañas que pueblan el lugar, y siempre acompañado de su perro, se construye en lo alto de un árbol enorme un observatorio astronómico. Por aquel solitario paraje aparecen personajes singulares y entrañables que dirimen cuestiones de filosofía, matemáticas, astrología, astronomía, religión y magia, en un afán de clarificar la ciencia de la época y de separar lo empírico de lo demostrativo. …