«Estoy sentada en el balcón. Miro hacia el mar mientras escribo estas líneas. El manifiesto de una mujer, mi testamento. Una mujer libre. El sol se está ocultando y bebo un café con leche mientras que me pierdo en el horizonte. El aire es cálido y agradable. Una brisa fresca se anuncia. Bebo un sorbo de mi taza. Me acomodo. Una sonrisa satisfecha se dibuja en mi rostro, tan amplia como el mismo sol. Me saco los lentes y la leve brisa me roza. Cierro los ojos por un segundo. Me recuesto. Levanto la mirada. Y sigo aquí. Sigo aquí. …