«Con tu mano en la parte baja de mi espalda, nos desviamos de la ruta designada, nos separamos del grupo y atravesamos los estantes destrozados. Te detienes justo aquí, en la oscuridad a la que llegamos al salir del espacio con luces parpadeantes provenientes de unas lámparas que cuelgan del techo en ángulos extraños. Me detengo a tu lado. No sé qué esperar a continuación». Mientras Stella hace fila para entrar a la Casa Embrujada, la divisa. Ella es la única persona sin disfraz. En cambio, lleva una camisa, un chaleco y sus labios están pintados de color rojo intenso. …