La memoria y la imaginación de Tristam Vedder lo descolocan del presente. Él vuelve a Italia acompañado por su familia y por una multitud de fantasmas que sale a su paso en cada rincón. Vedder mira un lugar y no ve lo que pasa ahora, sino la historia que recuerda y fantasea. Recuerda, por ejemplo, que asistió como periodista a la ocupación de la ciudad croata de Fiume (“río” en italiano), a cargo de un batallón de soldados italianos comandados por el escritor Gabriele D´Annunzio. Ese laboratorio en miniatura del fascismo hace que siga sintiendo escalofríos por el espiral de …