«Stella sale del foso de servicio y contempla la radiante tarde de verano. Un automóvil diésel con faros cegadores y el habitual zumbido del motor ha estacionado dentro. Al lado hay una figura delgada metiendo la mano por una ventanilla abierta y tocando la bocina. Todo lo que puede ver es una silueta y piensa en si podría ser Gustav. Pero esta silueta es completamente opuesta a la suya. Y lleva sombrero». Es viernes y ya es hora de cerrar. Stella está acabando de reparar un automóvil cuando un Mercedes clásico irrumpe en el taller con una avería. Desafortunadamente, Stella …