Nadia es una escritora de novelas de terror con un gran enemigo literario: William White, el rey del romanticismo sueco. El odio mutuo entre los dos escritores les ha llevado a crear diferentes cuentas en páginas web para poder criticar mutuamente sus libros. Durante la presentación de un libro de una amiga en común, Nadia y William se encuentran cara a cara y descubren que la línea entre amor y odio a veces es muy delgada.
«Tenía un brazo entre las piernas de Vanessa. Giró la cabeza y vio a Ana tocándose a sí misma. A su propio clítoris. Con fuerza, con desesperación. Con desesperanza. Como si fuera un asunto de vida o muerte, como si no tuviera ningún tipo de inhibición. Hundida en un embriagador estado de placer. Perdida entre el deseo. Luego, se colocó en postura de rueda completa. Los pechos de Ana presionaban el culo de Vanessa mientras esta estaba montada sobre su boca, y tuvo que agarrarse al respaldo del trono para sostenerse». La aventura en Camboya continúa. Hace calor y todo …
«Henrik rodeó a Vanessa y todo lo demás desapareció. La luz, el calor, el polvo y los tallos serpenteantes. Sus labios chocaron con los de ella. Estaban salados. Al igual que la punta de su lengua cuando la introdujo lentamente en la boca de Vanessa. Comenzó a moverla en círculos. Ella lo dejó guiar el baile. Notó un nuevo apretón en su trasero, esta vez más fuerte». A través de la plataforma Travelpartner Anafits, Vanessa conoce a Henrik y juntos viajan a Camboya. En una excursión guiada al templo Ta Prohm, explorarán una cámara escondida en la que podrán dar …
«Al principio intentas follarme despacio, pero sigo rogándote más y te cuesta resistir mis ansias. Tal vez sea el alcohol que corre por nuestras venas, tal vez sea nuestro amor, que se hace más fuerte con cada embestida; pero me follas como una diosa, con toda la longitud del consolador, y siento cada centímetro, cada movimiento que haces con las caderas». Isabella y Lilly viven separadas y solo se ven unas pocas semanas al año, pero esas semanas están llenas de ternura, complicidad y… sexo. Llega la Navidad y se reúnen en su cabaña. Entre dulces y velas, se entregan …
En la oscuridad, Harvey contempla su coreografía, embelesado por sus movimientos. A medida que la música se vuelve más enérgica, Fiona empieza a moverse más rápido, se deshace del vestido y aparece completamente desnuda en pantalla. Alza su otro pecho hacia la cámara, acariciándolo mientras suspira de placer en voz baja. Fiona viaja mucho, pero Harvey y ella saben cómo lidiar con la distancia gracias a lo maravilloso de las videollamadas. La diversión y juegos que comparten en pantalla hace que su relación como pareja se vuelva más y más estrecha, sin importar el espacio físico entre ellos. Un día, …
«Se van al vestuario juntas y abren las taquillas en silencio. Había planeado ducharse antes de irse a casa, pero ver a Tilda desvestirse por el rabillo del ojo es demasiado para ella. Con la cara roja como un tomate, se pone la sudadera y se cambia las deportivas para hacer ejercicio por sus Converse habituales. Una y otra vez, se repite a sí misma: «¡no mires, no mires!», ya que es lo único que quiere hacer mientras Tilda se quita la ropa deportiva sudada y se lava el cuerpo hasta dejarlo reluciente». Natalia se ha apuntado al gimnasio por …
«Si ya estaba desconcertada, no fue nada en comparación con lo perpleja que se quedó tras abrir el paquete. Dentro de la gran caja marrón había un montón de regalitos de distintos colores. Todos estaban envueltos con papel de envolver de Navidad y un lazo rojo. Con cada lazo había un papelito con un número escrito. Jessica rebuscó en el interior de la caja durante un rato y encontró un sobre blanco que decía: «léeme». Se le aceleró el corazón cuando abrió el sobre y lo leyó.» Hace años que Jessica no celebra la Navidad. Desde que decidió centrarse en …