Vivir en un carrusel de excesos, tener muchas dificultades para recordar: estos verbos atraviesan a Leo Carver, el protagonista de la primera y festejada novela de Fernando Clemot. Acompañamos a este Carver, escritor venido a menos, mientras pasa una semana en Italia, lidia con su familia (que a pesar de todo logra sorprenderlo) y navega los problemas de memoria. Ni el sexo ni el alcohol representan para él adicciones triviales. Son más bien las plataformas para una búsqueda de sentido que puede verse como desesperada, hilarante o lúcida, pero sin dudas nos mantiene atrapados hasta la última línea.
Los viajes pueden ser literales, figurados, interiores, virtuales. ¿De cuántos tipos más? Muchos, casi todos, quedan cubiertos en estos cuentos de “Safaris inolvidables”. Los protagonizan un marinero que es interrogado, el escritor Alberto Moravia, tres personas que acuden a “El Programa” para recorrer lugares lejanos: todos personajes incómodos con su actualidad que se ponen a recordar y cargan energía en esa operación. El viaje que más le interesa a Clemot es el viaje por los tiempos de la propia vida. Eso hace que los relatos del libro se construyan en el filo de una revisitación continua, inestable y cautivadora.
«Los pescadores» narra la historia colectiva de un pueblo pesquero en el norte de Jutlandia, en la Dinamarca de los años veinte. Unos pescadores se trasladan a Gjøl, un pequeño pueblo de costa. Son miembros de un movimiento religioso puritano que entra en conflicto con la filosofía de vida más abierta de los antiguos residentes. A través de esta historia Hans Kirk analiza el éxito de los movimientos religiosos entre los habitantes de las zonas rurales de Dinamarca, que ayudaban a estas personas, en muchos casos, a dar sentido a sus condiciones socioeconómicas. Considerada como la primera novela colectiva danesa, …