“De repente, sus manos están por todas partes sobre su cuerpo y ella se acuesta en el sofá con él encima. Gime y se presiona contra él. Él arrima sus caderas contra las suyas y puede sentir lo duro que está bajo los vaqueros. Le desabrocha los pantalones y se los baja junto con las bragas. Él también se desviste y entonces ya no hay nada que les separe.” ¿No nos hemos fijado todas nosotras en un camarero mono, con el que hemos hecho contacto con los ojos y flirteado un poquito...? “Una Chispa de Lujuria” es un excitante relato …