La gran sequía
Alberto Vázquez-Figueroa
“EL ESPACIO QUE OCUPA U NA MUJER EN EL CORAZÓN DE SU ESPOSO, ES EL MISMO QUE OCUPA EN SU CAMA”. Tan sorprendente dicho venía a significar que para que un hombre aceptara a una chica casadera ésta debía pesar casi ochenta kilos, y como cuanto más pesara más posibilidades tenía de encontrar marido, sus familias las cebaban con el mismo suplemento alimenticio que proporcionaban al ganado siguiendo una antiquísima tradición conocida como “Leblouh”.