El héroe de esta comedia fúnebre es un enfermo del pelo. Tiene pelo de más, pelo para regalar. Pero tiene miedo de perderlo, o de ponerlo en las manos equivocadas, o de vivir siempre pendiente de su suerte, a merced de la moda, las chicas incompetentes que lavan o los peluqueros irresponsables. El pelo es su fetiche, su obsesión, su pesadilla frívola. Pero es también el nexo que lo liga a los tres personajes con los que se cruza en esta ficción desolada: Celso, un peluquero paraguayo genial, que un buen día desaparece sin aviso; Monti, un amigo de infancia …
A los trece años, el héroe de Historia del llanto ha completado una formación progresista. Ha estado cerca de los que sufren y ha devorado toda la literatura militante que los años setenta obligan a leer en América Latina. Sin embargo, en septiembre de 1973, cuando asiste por televisión al putsch contra Salvador Allende y el Palacio de La Moneda arde en la pantalla, trata de llorar y se descubre seco. ¿Y si fuera sólo un fan de la lucha armada? ¿Y si de la revolución lo único que le interesa fueran la épica, el aventurismo sangriento? Es entonces cuando …