Alfredo García Torrecilla era un hombre gris condenado a una vida gris, un profesor de Historia deprimido y deprimente cuya existencia entera no había sido más que un continuo ir de fracaso en fracaso. Todo cambió el día en que descubrió que un mundo secreto se escondía entre las líneas de la realidad, un mundo repleto de portentos y locura, de casas encantadas, de tecnología extraña, de dragones parlantes y de magia… Todo cambió el día en que descubrió que Elvis Presley seguía vivo. «Es difícil no claudicar ante el acercamiento a su “fracasado” narrador, los breves capítulos de pura …