"Sus manos se deslizan por su espalda y por encima de sus omóplatos antes de cambiar de dirección. Van hacia abajo, sus dedos rozan los lados de sus pechos y una oleada de placer la invade. Se aprieta contra él y coloca las manos alrededor de sus pechos mientras su boca se separa de la de ella." Felicia se encuentra con Adam en una fiesta elegante de Año Nuevo. Adam, el hombre con el que pasó una noche mágica hace un año pero del que no ha sabido nada desde entonces. Para relajarse y prepararse para el encuentro inevitable con …
«No ha estado tan cerca de otra persona en mucho tiempo y le gusta sentirle cerca. No es realmente nada romántico, pero no puede evitar pensar que le gustaría que la tocase en otras partes. La idea le debería sonrojar, pero en vez de eso, la invade una sensación hormigueante». Una vez más, el padre del bebé que va a dar a luz en unos meses, la deja plantada. Aunque ya no estén juntos, Jennifer no aguanta más los desplantes de Adrian. Se siente sola y desplazada. ¿Cuánto tiempo hace que no nota el tacto de otra persona sobre su …
Es un libro escrito por curiosos para curiosos. Una colección de mínimos textos sobre personajes diversos de la Mitología, la Biblia, los cuentos populares y la realidad. La mayoría de ellos con referencia a una encrucijada de sus vidas, a un momento crucial, a un aspecto notable de su historia. Hay reflexiones de ellos mismos y sobre ellos, curiosidades, anécdotas, fantasías y asuntos sorprendentes. Soledad Serrano Fabre y Enrique Gracia Trinidad saben que la Historia está hecha de pequeñas historias, de pequeños detalles, que a veces terminan siendo grandes, por eso los coleccionan y nos los ofrecen.
Estas historias son todo lo reales que las historias pueden ser cuando se cuentan pasado un tiempo. Más de medio siglo en este caso. El que las narra es el propio Callejón, un pequeño tramo de calle sin salida y sin asfaltar, que acogió seis portales con tres pisos de altura cada uno, en los años 50 y 60 del siglo XX. Es un Callejón de buena memoria, pero nos avisa: Los cambios han sido enormes aunque yo continúo con un alma provinciana, y una memoria casi en blanco y negro, sin plástico ni móviles ni ordenadores, iluminada por farolas …